lunes, 21 de mayo de 2012

Recorrido Lector

Medio pan y un libro
“Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. ‘Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre’, piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía.
Ésta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y
por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión.
Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada.
No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. (...)
Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento.
Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros?
¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: ‘amor, amor’, y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan
la lluvia para sus sementeras. (...)” Federico García Lorca al Pueblo de Fuente
de Vaqueros, Granada. Septiembre 1931.

Hay niños que conviven con personas que les leen; para otros, en cambio, 
la lectura no forma parte de su vida cotidiana.
 Para ambos, el maestro es un referente vital cuando se trata de descubrir los usos y las funciones de la lengua escrita. Leyendo todos los días, el docente garantiza que la lectura se  torne parte integrante de la rutina de la escuela.
 Es el contacto frecuente con los libros el que permite a los alumnos familiarizarse con lo que hay dentro de los libros, conocer diversidad de historias, de personajes que perduran a través del tiempo, de ilustradores, autores, tener a disposición el lenguaje escrito; es decir, formarse como lectores.
Para ello es imprescindible que el docente sea un verdadero lector.
El  Recorrido Lector, o  trayecto personal de lectura tiene como propósito  contribuir con la formación del lector-estudiante, que se formen como lectores de literatura. Acercar a los alumnos, futuros docentes,   a  una variedad de textos de distintos géneros, épocas, autores y colaborar a través de distintas propuestas didácticas para que entiendan la lectura como actividad gratificante y placentera, como vía de acceso al conocimiento y como forma de ampliar y dar sentido a la experiencia personal. Qué el aula funcione como una microcomunidad de lectores y escritores,  y que puedan participar de experiencias sociales vinculadas con la literatura estimándolas como posibilidad de apropiarse del patrimonio cultural.


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